La creación del concepto es uno de los vehículos iniciales para sentar las bases de la comunicación con el usuario. Para ello, comenzamos por concretar los atributos que definirán los valores de marca y se expresarán a través del lenguaje visual.
Una vez definidas estas singularidades verbales, el proceso implica vincularlos estratégicamente a la experiencia de usuario. El diseño deberá traducir la propuesta verbal mediante su expresión. En este momento los diálogos y las planificaciones están a punto de convertirse en conceptos físicos y en un verdadero lenguaje de diseño.
Dibujar es una ágil y rápida manera de visualizar la forma. Un paso más en el recorrido del proyecto de diseño. La capacidad de convertir los conceptos en representaciones gráficas viene precedida de la aplicación de un amplio abanico de herramientas dirigidas a crear el briefing del proyecto, a conocer las necesidades de los usuarios y a generar un marco que fomente la creatividad.
El boceto se convierte de este modo en el primer vehículo de la materialización en una etapa incipiente que de manera habitual opera simultáneamente con la ejecución de maquetas de evaluación de los propios conceptos todavía por representar. La representación visual del concepto puede permitirse, por lo tanto, proponer una concreción formal atrayente de diversas propuestas, teniendo en cuenta que su objetivo primero consiste en la exploración de la forma y las ideas y de su adecuada comunicación. El grado de definición de la representación se adaptará al requerimiento del proyecto.
De la maqueta cruda dirigida a evaluar un concepto podemos obtener información cualitativa que ayude al proceso de comprensión y a la propuesta de soluciones. Estas maquetas se caracterizan por la rapidez en su fabricación y reducido coste. No obstante, el grado de su definición vendrá marcado por las necesidades del proyecto y el nivel de obtención de respuestas. Una maqueta conceptual temprana ayuda al equipo de diseño durante la etapa del desarrollo de los conceptos a probar ideas con celeridad y a fomentar la creatividad evaluando diversas soluciones para priorizar la dirección a seguir; la maqueta facilita un estadio de concreción mejorando la información recopilada de los usuarios. Es importante considerar el contexto de esta herramienta y tener claro que representa una idea o un concepto de la manera más simple y rápida posible.
Unos de los intereses principales en la fase de desarrollo de un producto o servicio radica en examinar y evaluar los conceptos con los usuarios finales. La capacidad de prototipar acelera las iniciativas de desarrollo enfocando los esfuerzos en la dirección adecuada. Prototipar y evaluar en un proceso iterativo.
De la maqueta cruda dirigida a evaluar un concepto podemos obtener información cualitativa que ayude al proceso de comprensión y a la propuesta de soluciones. Estas maquetas se caracterizan por la rapidez en su fabricación y reducido coste. No obstante, el grado de su definición vendrá marcado por las necesidades del proyecto y el nivel de obtención de respuestas. Una maqueta conceptual temprana ayuda al equipo de diseño durante la etapa del desarrollo de los conceptos a probar ideas con celeridad y a fomentar la creatividad evaluando diversas soluciones para priorizar la dirección a seguir; la maqueta facilita un estadio de concreción mejorando la información recopilada de los usuarios. Es importante considerar el contexto de esta herramienta y tener claro que representa una idea o un concepto de la manera más simple y rápida posible.
Unos de los intereses principales en la fase de desarrollo de un producto o servicio radica en examinar y evaluar los conceptos con los usuarios finales. La capacidad de prototipar acelera las iniciativas de desarrollo enfocando los esfuerzos en la dirección adecuada. Prototipar y evaluar en un proceso iterativo.